Eres lo que haces

No soy mucho de acudir a los clásicos y reconozco que es un error puesto que en muchas ocasiones sus reflexiones aglutinan grandes dosis de sabiduría perenne a lo largo de los siglos. Sin embargo en esta ocasión quiero hacer referencia a una cita de Aristóteles que venía a decir algo así: “la gente se convertía en virtuosa si actuaba como virtuosa”.  Si haces cosas buenas, eres bueno. Si tus conductas son malas, eres malo. Sencillo mensaje, que no simple, que traducido quiere decir que las personas somos lo que hacemos, siendo nuestros actos lo que verdaderamente nos define.

Hasta aquí esta afirmación puede perfectamente aplicarse a cualquier ámbito del ser humano, sea personal o profesional. Pero me gusta hablar de ella y mis seminarios cuando digo que…

“haz cosas de líder y te convertirás en un líder”

Una persona se sabe que es líder por lo que hace, por aquellas actividades a las que dedica su tiempo. Si durante toda su jornada laboral, quien tenga la responsabilidad de dirigir personas no ha hecho nada por ayudar a su equipo, por facilitar su trabajo ayudándoles a que aprovechen su máximo potencial, no eres líder. Serás otra cosa: “gestor de recursos”, “director de procesos”, “trabajador cualificado”,… pero no líder.

A los profesionales con los que trabajo en el desarrollo de su talento directivo, les pido que realicen un sencillo ejercicio. Deben escribir el listado de las tareas a las que dedican la mayor parte de su tiempo, y después la agrupo en bloques y las categorizo. En muchas ocasiones consigo que el alumno sea consciente de esta paradoja. Quieres ser líder, pero no haces nada (o muy poco) de lo que haría quien se considera como tal. Es entonces cuando les pido que debemos empezar por redefinir nuestro trabajo, no tanto desde un punto de vista de gestión del tiempo, sino más bien desde la perspectiva que su jornada de trabajo debe estar lleno de actos que él mismo etiqueta como las conductas de un líder.

Así que ya sabes, si quieres ser líder, actúa como tal y responde con sinceridad a esta pregunta: ¿a qué dedico mi tiempo?.

Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides …¡desarrollar tu talento y el de tu equipo!