Estos meses he cumplido algunas metas personales en el ámbito deportivo que no me las podía creer hace solo unos años cuando comencé con esto de correr. Quien me conoce sabe que mi deporte es el baloncesto, pero tuve la oportunidad de descubrir no hace mucho lo divertido, saludable y motivador que era el running. En febrero del año pasado completé la Transilicitana, una carrera de 100 km que transcurre por el término municipal de Elche, y en diciembre la maratón de Valencia, una de las más importantes de nuestro país. Las dos han sido una grandes experiencias de superación, esfuerzo, trabajo y, por supuesto, gestión del tiempo para poder encajar los entrenos con todas las cargas profesionales y familiares.
Finalizados los 42 kms de Valencia, en el grupo de WhatsApp del club de entrenamientos exprese mi opinión sobre la necesidad de enfrentarse de vez en cuando a retos desafiantes que nos permitan superarnos y mejorar. De forma resumida esto fue lo que escribí:
“estoy de acuerdo con la idea de que los mensajes “si quieres puedes” pueden hacer mucho daño, sobre todo sino están acompañados de esfuerzo y preparación. No solo en el ámbito deportivo, en cualquier parcela de nuestra vida. También creo que una maratón es un reto muy grande que hay que preparar. Nunca me habría atrevido a semejante objetivo sin la ayuda de mi entrenador.
Dicho esto, creo que también en la vida debemos de salir de nuestra zona de confort y exigirnos más de lo esperado, … cuando toque, claro. A veces hay que “derrapar”, nunca salirse de la pista, pero si forzar un poco nuestra “máquina” para ir más rápido, para llegar más lejos. Si afrontamos un reto siempre desde la seguridad de lo conocido, quizás no es realmente un reto. Sin hacer locuras, con preparación, creo que a veces vale la pena pasar al siguiente nivel, es aburrido estar jugando siempre la misma pantalla. La maratón de Valencia la conseguí con esfuerzo, trabajo y algo de sufrimiento. En definitiva, como cualquier cosa que valga la pena esta vida”
La motivación desempeña un papel crucial en nuestra capacidad para superar desafíos y alcanzar metas significativas. Como he expresado, creo firmemente que, en la vida, debemos salir de nuestra zona de confort y exigirnos más de lo esperado, cuando sea el momento. Cuando lideramos personas ocurre algo parecido ya que los líderes deben ser capaces de motivar a sus equipos para que asuman desafíos, superen obstáculos y alcancen metas más allá de lo convencional. A veces, liderar también implica “derrapar” un poco, es decir, empujar los límites. Pero estos retos deberían afrontarse siempre desde la preparación que ofrece el líder, si exigimos pero no ayudamos se corre el riesgo que el empleado/a se salga de la pista o acabe abandonando la carrera. Salir de la zona de confort, exigirse más y enfrentar desafíos con preparación son elementos cruciales tanto en la vida cotidiana como en el liderazgo.
La vida está llena de retos que valen la pena y la maratón de Valencia, en mi caso, sirve como un recordatorio tangible de que, con esfuerzo y dedicación, podemos superar incluso las metas más inimaginables. Todo es mucho más emocionante cuando nos atrevemos a explorar nuevas áreas en lugar de quedarnos en la misma, una y otra vez. En el desarrollo profesional del equipo, el rol que juega el líder es fundamental. Debe ser su responsabilidad ayudar a crecer en conocimientos y habilidades a quienes están bajo su dirección. Y hacerlo no solo desde un punto de vista motivacional, también desde la necesidad de contar con personal cada vez más preparado. Si no preparamos para crecer, aburrimos y perdemos talento.
Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides … desarrollar tu talento y el de tu equipo.
