Ser el número 2

Durante estos días de descanso navideño, he tenido oportunidad de leer el libro escrito por David Foenkinos y titulado, como este artículo, Número dos. La novela se inspira en un hecho real a partir del cual el autor da rienda suelta a su imaginación y construye toda una intriga donde gran parte de lo que se relata es ficticio. A finales de la década de los 90, una desconocida autora escribiría lo que en poco tiempo se convertiría en una de las sagas de literatura juvenil más importante de toda la historia. La autora en cuestión era J.K. Rowling. Las grandes productoras de cine no tardaron en interesarse por  las historias de Harry, Hermione y Ron en Hogwarts, decididos a replicar el éxito literario pero esta vez en la gran pantalla. En el año 2000 se celebraba el casting para elegir a los actores, sin duda una decisión muy importante ya que quienes iban a interpretar a los principales personajes de la saga lo harían en 7 películas como mínimo. No podían equivocarse. El director y el resto del equipo de producción sabían que la elección del niño que se convertiría en Harry Potter era la más relevante. Fueron muchos los que lo intentaron, pero al final solo quedaron dos aspirantes, Daniel Radcliffe y otro niño. El final de la historia la conoces, pero… ¿qué ocurrió con el otro niño?.

Este es el hecho real que inicia la novela y que sirve de inspiración al autor para imaginar la vida de aquel “otro” niño que estuvo a punto de encarnar al joven mago. ¿Cómo asumió este gran fracaso?. Encontrarse tan cerca del éxito y de la fama para finalmente perderlo todo en el último instante. Además, era una situación de todo o nada, no había medalla de plata ni premio de consolación, el ganador se lo llevaba todo. ¿Cómo se soporta vivir durante años con la presencia pública y constante del éxito de aquello que lo que podía ser tuyo y que representa lo no conseguido?. ¿Cómo vivir la vida cuando se está en constante comparación con otra en la que siempre se saldrá perdiendo?.

La obra es una novela, no un libro de autoayuda que pretenda enseñar las 10 claves para superar un fracaso ni nada parecido. A pesar de ello el desenlace de la historia contiene un importante mensaje. Fallar, fracasar, no conseguir lo deseado cuando la recompensa es elevada duele, duele y mucho. No basta con ver el lado positivo del error, tampoco es suficiente interpretarlo de manera diferente cambiando las palabras que utilizamos para describirlo. Sigue siendo doloroso, y así debe ser puesto que lo contrario quizás represente falta de ambición, conformismo o que realmente no se deseaba tanto como se pensaba. Aceptado el dolor, no nos queda otra que valorar lo que se tiene, todas las vidas, por muy perfectas que parezcan, tienen su lado oscuro que a veces se desconoce o no queremos ver. Lo mucho o poco que tengamos, siempre aspirando a más si así es nuestro deseo, debemos de valorarlo. Nada es blanco y negro, todo tiene sus grises y cualquier persona libra sus propias batallas. Todos y cada uno de nosotros/as.

Al final de la novela el autor se pregunta quien realmente fue el vencedor y quien el perdedor. Por cierto, el otro niño se llama Martin Hill.

Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides … desarrollar tu talento y el de tu equipo