En plena crisis financiera sucedieron una serie de acontecimientos realmente estremecedores y tristes que conmocionaron a todo EEUU. En pleno centro económico mundial, Wall Street, y en un corto espacio de tiempo, se produjo una desgraciada oleada de suicidios de jóvenes analistas y empleados de banca que tenían edades que iban de los 22 a los 25 años. Varios trabajadores recién incorporados a los principales bancos de inversión del país, acabaron con su vida como consecuencia del continuo estrés que experimentaban día tras día, la excesiva carga de trabajo y la presión que sufrían por parte de sus jefes.
Entre las muchas historias tristes de aquellos años, se recuerda la de un analista junior de un banco de inversión que opera en Wall Street y que termino con su vida lanzándose por la ventana de su piso en Manhattan. El joven había vuelto de un viaje por Asia y nada más aterrizar en Nueva York se marcho directamente a la oficina donde trabajó hasta altas horas de la noche. De vuelta casa siguió trabajando hasta que a las 10 de la mañana no pudo aguantar más la presión y se lanzó desde su vivienda acabando con su vida. Todo esto ocurrió en 2015.
Tan trágico sucedo debería haber llevado al banco a cuestionar sus métodos y procesos de formación, acogida y sobre todo de dirección y gestión de equipos, especialmente aquellos que afectan a los nuevos empleados. Debería… Este mismo mes de abril de 2018 y lejos de aprender de los sucedido, una noticia sobre este mismo banco saltó a las páginas de los los principales periódicos económicos de EEUU. El 20 de abril se filtro un email de un mando intermedio donde expresaba “su decepción con el equipo de Analistas Junior del que él era responsable, al haberse dado cuenta que siendo las 00:30 h, “solo” había 11 de ellos trabajando (empezaban a las 8:00 h)”.
Es increíble que esto siga sucediendo ahora, en 2018, en los tiempos actuales y en este caso concreto con el desgraciado historial de este banco. Soy consciente que las personas que trabajan en el sector financiero y como consecuencia del impacto de sus decisiones, tienen una gran responsabilidad que soportar. Lo que si cuestiono es la forma de liderar por parte de estas organizaciones, así como la manera en la que se trata a los jóvenes recién incorporados.
Vivimos ya inmersos en una época de escasez de talento. Tengo la suerte de trabajar con muchos sectores y me doy cuenta que esta tendencia ya ha llegado a casi todos ellos y a los que todavía no lo ha hecho, no tardará en hacerlo. Noticias como las que he relatado no hacen atractivo el sector financiero, tampoco la profesión en bancos de inversión. Como consecuencia puede que el talento opte por una carrera profesional distinta a la que proponen estas empresas, tanto aquellas personas que todavía no han decidido que estudiar, como los que ya trabajando en estas compañías eligen no continuar haciéndolo con esas condiciones de trabajo, marchándose a otros sectores/empresas que les ofrezcan lo que ellos están buscando.
Por otro lado nos encontramos también con los procesos que se siguen para acoger y formar a los nuevos empleados. Se trata de trabajadores en crecimiento, con potencial por explotar pero que todavía no han desarrollado sus capacidades. Desde ese punto de vista, no se les puede asignar tareas que por dificultad y/o carga de trabajo no están preparados para responder a ellas. El proceso de acogida debe ser gradual, respondiendo a su nivel de las competencias y conocimientos técnicos exigidos por el puesto pero sin dejar de ser exigente.
Por cierto y para terminar de hablar de esta compañía, en un ranking sobre los bancos de Wall Street donde más se trabajaba, en concreto este del que hemos hablado ocupaba el quinto puesto con 90 horas a la semana. Lo que también significa que hay cuatro bancos más donde se trabajaban muchas más horas. Mareeeee….
Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides …¡desarrollar tu talento y el de tu equipo!