El talento no es binario

Si pensamos en el empresario más importante y conocido de los últimos años en el sector tecnológico, nos viene a la cabeza sin dudarlo el que fue uno de los fundadores de Apple, el fallecido Steve Jobs. Figura admirada y odiada casi a la par, mucho se ha escrito y hablado sobre su vida especialmente desde su muerte. Una de las últimas obras creadas ha sido la película dirigida en 2015 por Danny Boyle sobre la vida de este icónico personaje llamada “Steve Jobs” y protagonizada por el actor Michael Fassbender. Hago referencia a ella no tanto para dar mi opinión acerca de si me gusto o no (y aunque no me las preguntado, te adelanto que no está mal aunque tampoco me entusiasmó), si no para compartir contigo el que para mí es el momento más importante de la película y que resume, en una sola frase, la vida profesional de este gran visionario.

Steve Wozniak, cofundador de Apple, recrimina a Steve Jobs que no quiera reconocer el trabajo del equipo de profesionales que participó en el diseño de uno de los productos más rentables para la empresa, pero que este último considera ya del pasado y por tanto no ve necesario hablar de ellos en la presentación de una de las grandes novedades de la compañía. En ese instante Wozniack le dice a Jobs: “no es binario, se puede tener decencia y talento al mismo tiempo”.

Se puede ser un visionario, innovador, emprendedor, empresario de éxito, y a la vez una persona querida por sus trabajadores. El liderazgo, ni el talento, no es un concepto binario, no es de extremosm ni de todo o nada.

No hace mucho, impartiendo un seminario sobre liderazgo  en una importante empresa de Murcia, uno de los alumnos me hizo la siguiente pregunta: “un líder, ¿debe ser respetado o querido?”. Interesante pregunta para la que tengo una respuesta clara: las dos cosas. Creo que te respeten no es el polo opuesto de que te aprecie tu equipo. Un buen jefe debe conseguir que su equipo siga sus instrucciones cuando es necesario, debe ser exigente en la consecución de metas, pero a la vez debe poner en foco en ayudar a que el equipo alcance estos objetivos. Cuando se convierte en una pieza clave que aporta valor al equipo, su presencia y compañía en el lugar de trabajo es apreciada, querida.  Si cambiamos respetado por temido, la cosa es muy diferente. En este caso si que nos encontramos ante dos opuestos de un continuo.

Quien ha asistido a alguno de mis talleres formativos, conocerá la que considero que es la fórmula del liderazgo: EXIGENCIA + AYUDA. Si comparamos estos ingredientes con la frase que le dirigió Wozniack a Jobs, podemos dejarla así:

 

“no es binario, se puede se exigente y ayudar al equipo al mismo tiempo”.