El conocido Director General de la General Electric Jack Welch, popularizó durante el tiempo que paso gestionando la multinacional, el modelo de gestión de personas “o asciendes o te marchas”. Según este planteamiento, el 10% de los empleados que obtenían la peor valoración de la empresa, eran despedidos. O promocionabas gracias a un excelente desempeño, o a la calle.
No sé qué pensara querido lector sobre esta práctica, pero en estos momentos actuales en los que vivimos me parece destructiva y negativa para la gestión de personas de cualquier organización actual, se mire por donde se mire.
Estamos de acuerdo que es necesario identificar el talento, aquellas personas con un rendimiento excelente, de los empleados con un nivel inferior de resultados. Pero este descubrimiento no debe servir para adoptar medidas expeditivas como las que defendía este importante ejecutivo. Todo lo contrario. En lugar de suponer el fin, debería entenderse como el principio del valor del líder. Quien asiste a mis seminarios y ponencias, me habrá escuchado en más de una ocasión indicar que la fórmula de para un excelente liderazgo está formada por 2 ingredientes:
EXIGENCIA + AYUDA
Es necesario perseguir metas, velar por el cumplimiento de los objetivos empresariales exigiendo su cumplimiento al equipo. Pero cómo gestor de equipos, tu valor lo generas cuando ayudas a que esas personas alcancen el nivel esperado. Ayuda en forma de diferentes recursos que un líder puede tener a su disposición: motivación, corregir conductas, formación, orientación, … No hace falta decir que si después de gastar todos estas acciones, el resultado no cambia, debemos plantearnos, ahora sí, otras posibles soluciones.
Este nuevo planteamiento que estoy comentando, ya está consolidándose en muchas empresas como una nueva manera de gestionar su talento. Por ejemplo, Google identifica al 5% de los empleados con rendimiento más bajo no con el objetivo de despedir a nadie. Su lema es: buscamos a quienes necesitan ayuda. En ese momento se inicia una plan de actuación coordinado por el área de RRHH y el responsable de esa persona para poner todas las medidas necesarias que consigan que el desempeño del empleado aumente.
Qué manera de gestionar el talento tan diferente de la anterior y más acertada para los tiempos actuales, ¿no te parece?.