Estoy colaborando desde hace unos meses en un proyecto muy interesante orientado, entre otros objetivos, a facilitar la empleabilidad y el acceso al mercado laboral de jóvenes. Mi participación consiste bien en formación grupal donde les transmito técnicas y recursos para buscar empleo y superar procesos de selección, o tutorias individualizadas en las que ofrezco asesoramiento para alcanzar las metas que se han propuesto, la mayoría encontrar un trabajo.
En las primeras sesiones les hablo de la importancia del enfoque, tener claro qué queremos conseguir y hacia donde queremos dirigirnos, para posteriormente dividir esta meta en pequeñas acciones que nos impulsen a conseguirla. En este sentido soy muy ejecutivo, muy de acción y siempre les pido tras esta reflexión, que me digan que van a hacer mañana, esa misma semana, que les lleve hacia el destino que se han propuesto. Después realizo seguimiento sobre lo acordado.
Cuando me encuentro en esta parte de la sesión, les comento una breve y sencilla explicación de dos conceptos que es necesario aclarar y cuyo significado, para mí, no es el mismo. Profesión y trabajo son cosas diferentes. La primera es aquello que te gustaría que formara parte de tu futuro laboral, lo que ocupará con mucha diferencia tu tiempo profesional durante tus próximos años. Trabajo, desde mi punto de vista, es más temporal y se trata más bien de realizar una actividad con el único fin de obtener un salario.
Creo que es muy importante esta diferencia porque cuando hablamos de profesión nos referimos a buscar de forma activa un camino, establecer un plan de acción compuesto por numerosas iniciativas como realizar tal curso específico o buscar prácticas en un campo determinado. Todo ello dirigido a conseguir aquellos que te has propuesto. Respecto a los trabajos no digo en ningún caso que sean negativos, todo lo contrario, son muy necesarios, sin embargo suelen ser más temporales y reactivos. Muchas veces viene de la mano de expresiones como “a ver que me sale…” y cosas así, o de consejos ofrecidos por padres, familiares y amigos que, aunque sea con todo el cariño del mundo, quizás no conocen o no comprenden qué es aquello que realmente te apasiona.
Espero que cada joven con el que hablo busque una meta, una profesión que le entusiasme, y que después ponga todo su esfuerzo para alcanzarla. Mientras tanto, si encuentra otros trabajos deseo que no lo desvíen de aquello que realmente le motiva, de su futuro. Mejor construirlo que esperar a que otros lo hagan por ti.
Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides …¡desarrollar tu talento y el de tu equipo!