Espero que no moleste lo que voy a decir a continuación. Tampoco quiero que se veaa como una aseveración que va en contra de planteamientos que he defendido previamente en este blog, para ello te pido que leas hasta el final este artículo. Pero sinceramente creo que…
“no podemos conseguir todo lo que queremos”
Desgraciadamente encontrar pruebas de lo que acabo de afirmar es relativamente sencillo, basta con mirar a nuestro alrededor y examinar por ejemplo nuestro entorno más cercano para comprobarlo.
No obstante, sí creo con firmeza que aunque no podamos conseguir todo lo que deseemos, con el suficiente esfuerzo y sacrificio el ser humano pueden conseguir mucho más de lo que nunca había imaginado. Cuando hacemos referencia al desarrollo personal, lo afirmado se aplica de igual forma. No hay atajos para el éxito, siempre es cuestión de trabajo.
Sin embargo me voy a compartir en este blog una idea que correctamente aplicada aumentará notablemente la velocidad y efectividad de cualquier cambio y mejora profesional. Si queremos que este proceso sea mucho más rápido, consiguiendo de esta forma mejorar notablemente en cualquier aspecto, es conveniente empezar reconociendo cuales son tus fortalezas y asentar tu desarrollo sobre ellas.
Por ejemplo, supongamos que quieres mejorar tu capacidad para liderar personas transformando varias competencias directivas. Este proceso de crecimiento siempre debería iniciarse en aquello en lo que destacas, en lo que eres bueno. Claro que no debemos olvidar mejorar también nuestras otras áreas menos fuertes, pero te aseguro que podrás conseguir un desarrollo más rápido y sólido si reconoces tus habilidades y a partir de ahí construyes la mejora.Así pues, el proceso de mejora directiva, o de cualquier área, debería empezar por reconocer primero los puntos fuertes, y explotar al máximo cada uno de ellos porque será lo que te hace diferente
Esta manera de cambiar es mucho más eficaz ya que evita transformaciones más radicales y expeditivas. No se trata de dejar de ser quien soy por completo, algo por otra parte casi imposible, sino crecer desde la zona conocida para acceder a la incomodidad.
Otro ejemplo, es muy complicado pasar de ser un persona muy introvertida, a convertirse en un líder con el mejor discurso motivador y capacidad de comunicación. Esta persona debería hacer pivotar su liderazgo en aquello en lo que destaca. Puede ser su habilidad para escuchar, su tolerancia, su paciencia para formar al equipo,… Después claro que será necesario que adquiera nuevos patrones de conducta y desarrolle nuevos hábitos que den respuesta a sus debilidades, pero primero optimiza aquello en lo que eres bueno.
Si nos lo proponemos podremos alcanzar cambios que nunca había sospechado para llegar a nuestra mejor versión. Pero te ahorrarás tiempo, esfuerzo y posibles decepciones si en lugar de establecer metas muy ambiciosas e irreales que no tienen en cuenta tu punto de partida, realizas un profundo autodiagnóstico para reconocer las fortalezas sobre las que iniciar todo proceso de mejora. No se trata de cambiar, se trata de mejorar y progresar hacia tu mejor versión pero siempre partiendo de tus fortalezas.
Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides …¡desarrollar tu talento y el de tu equipo!