Cuándo pedir opinión al equipo no ayuda: verdades sobre el líder democrático

Cuando imparto formación busco siempre varios objetivos todos ellos importantes para mí. Que sea un seminario dinámico, que se retengan los mensajes principales, que sea participativo,… Pero sin lugar a dudas la prioridad más importante para mí es que sea práctico y real. Cuando digo real me refiero a que busco ofrecer a los alumnos recursos y herramientas prácticas con las que  puedan afrontar el reto diario de liderar personas. He querido empezar este artículo dejando claro mi vocación por lo práctico porque si existe un concepto en materia de liderazgo donde se puede caer fácilmente en la frase hecha y el tópico fácil, este es sin duda es el de LIDERAZGO DEMOCRÁTICO.

Como muchos conocéis, se trata de un estilo de dirección muy conocido y reconocido por todos caracterizado por otorgar autonomía al equipo haciéndoles participe de la gestión a través de las opiniones y sugerencias que estos realizan promovido por su responsable. Descrito de esta manera, nadie a priori cuestionaría los beneficios del jefe democrático, parece que todos son ventajas y ningún inconveniente. En realidad esto es bastante cierto puesto que es el estilo que más compromiso produce en el equipo, consiguiendo además que los colaboradores se sientan más valorados y motivados con el trabajo que realizan. Ocurre que, como sucede en otros ámbitos, si queremos alcanzar todas estas ventajas debemos emplearlo correctamente y en el momento adecuado. Si no se hace así, los perjuicios para la empresa y para ti puede ser importantes

Reconocerás conmigo que existen algunas decisiones y funciones relacionadas con la responsabilidad del director de área o jefe de departamento que no puedes preguntar al equipo. ¿Cuáles?. Por ejemplo, el pensamiento y las decisiones estratégicas. Recuerdo el caso de una empresa en la que por circunstancias temporales de la producción se vieron obligados a trabajar dos sábados por la mañana (su jornada laboral habitual iba de lunes a viernes). Sin duda era una decisión crítica para la organización y necesaria si se quería dar respuesta al cliente más importante de la compañía y del que dependía gran parte de los ingresos de esta. Se trata de una cuestión global, estratégica,temporal que afecta a la organización. En esta situación un error sería emplear el liderazgo democrático para preguntarles si quería venir los sábados a trabajar o no. Depende de las circunstancias de cada persona pero,…¿que pasa si todos te responden que no van a trabajar esos sábado a pesar de que, por supuesto, se les pagaría las horas como extra y es algo temporal y excepcional?. Claro que en esta ocasión no se trata de obligar a nadie,  tampoco me meto en cuestiones de convenio, negociación colectiva empresa – trabajadores,… no analizo esta situación desde ese punto de vista. Me refiero más bien a que si estamos ante una instrucción crítica para la compañía, tu obligación es explicar el porqué, dar razones al equipo que les ayude a comprender los motivos de dicha decisión, pero no otorgarles la autonomía final acerca de si se debe hacer o no. En todo caso se podría utilizar el liderazgo democrático más adelante por ejemplo a la hora de solicitar que personas van a venir a trabajar. Algo así podría ser el mensaje (resumido) del líder a su equipo: “(…)entiendo que supone un esfuerzo para vosotros, pero debido a (explicar razón de la empresa) es necesario que la mitad del equipo venga los dos próximos sábados a trabajar. Por supuesto, (explicar beneficios que tendrán si asisten). ¿Cómo nos organizamos?¿cómo decidimos quien viene este sábado y el siguiente?”.

Este es uno de los casos típicos que se producen en las compañías y que si no se realiza de forma adecuada caemos en un “buenismo” que no ayude a al consecución de los objetivos de la compañía, además de generar problemas más que solucionarlos.

Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides …¡desarrollar tu talento y el de tu equipo!