¿Desarrollas funciones o cumples un propósito?

Estas últimas semanas he estado impartiendo varios talleres sobre dos competencias que, cada uno en su área, son importantísimas para alcanzar la excelencia profesional. Me estoy refiriendo por un lado a la GESTIÓN DEL TIEMPO y por otro al TRABAJO EN EQUIPO. Ambas habilidades están muy relacionadas entre sí, a veces más de lo que pensamos, pero es conveniente matizar un aspecto crítico si no se quiere malinterpretar algunas técnicas dirigidas a incrementar la productividad laboral.

En los talleres sobre gestión del tiempo me gusta preguntar a los alumnos una cuestión muy directa cuya respuesta es más compleja de lo que parece: ¿por que te pagan en tu empresa?. Dicho de otro modo, ¿cuál es la misión de tu puesto?, ¿por qué  existe en la organización? y, por tanto, debes de cobrar por su desempeño. Lógicamente todos desarrollamos unas funciones que nos permiten alcanzar objetivos que ayudan a cumplir con la misión antes referida. Tener muy claro esta pregunta ayuda a determinar lo que es importante de lo que no, aquello que puede esperar de lo debería ocupar mi foco. Si en el trabajo pierdes tu tiempo haciendo funciones que no están directamente ligadas con la meta de tu puesto, puede interpretarse sin temor a equivocarse que se está malgastando el tiempo de la jornada laboral y no estás siendo productivo. Por tanto, gestionar bien nuestro tiempo requiere decir no a aquello que no está relacionado directamente con la pregunta que aparece al inicio de esta párrafo.

Ahora bien, ¿y que pasaría si aunque no sea tu función y de forma excepcional debes asumir alguna tarea por el bien de la organización para que está alcance sus metas?. Deja que me explique. Si una persona que trabaja en una empresa observa que un compañero necesita ayuda o que un cliente busca a alguien que le pueda orientar en alguna cuestión ya que la persona que le puede atender no se encuentra en ese momento,etc,… que debería hacer:

OPCIÓN A – No debe hacer nada, realmente no es su función, a él no le pagar por eso, no aparece en su ficha de puesto…

OPCIÓN B – Aunque no sea su función pertenece a una empresa que busca un mismo PROPÓSITO y por lo tanto asume de forma excepcional esa tarea por el bien común.

Lógicamente queda claro que la alternativa más adecuada es sin duda la segunda. Por supuesto que es necesario decir que no a aquello que no sea estratégico en tu puesto, esta es una de las claves más importantes de la gestión del tiempo y productividad laboral, pero nunca debemos olvidar que trabajamos en una organización donde todos compartimos una misma meta (cliente satisfecho, generar experiencia, productos máxima calidad, ganar dinero y ser rentables,…) y el trabajo en equipo, pensar en el compañero es fundamental para conseguir ese propósito compartido por todos.

Me hace gracia cuando los empleados tòxicos que quieren justificar porque no ayudan a otros compañeros o les falta cierta proactividad en algunas situaciones, afirman que si lo hacen dejarían desatendidas sus tareas. No confundamos productividad con trabajo en equipo, todas son necesarias y complementarias, no excluyentes.


Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides …¡desarrollar tu talento y el de tu equipo!