7.400 millones de dolares. Cuando Disney (casi no) compra a Pixar

Esta semana he finalizado el libro escrito por el que fue durante 15 años CEO de Walt Disney Company Robert Iger Lecciones de liderazgo creativo. Tenía ganas de conocer como había gestionado la organización más importante del mundo del entretenimiento y que ha conseguido un crecimiento exponencial los últimos años bajo la dirección de Robert Iger. La compra de Pixar, Marvel, Lucasfilm y la apertura de nuevos canales y parques temáticos por todo el mundo, son algunos de los hitos más importantes conseguidos en los últimos años y que reflejan el buen trabajo realizado por el autor del libro.
Antes de nada avisar que quien vaya buscando una guía práctica sobre herramientas de liderazgo, no la va a encontrar. Es más bien un libro de memorias desde los inicios de Robert Iger en los canales de comunicación ABC, hasta su llegada la posición más importante en Disney tras suceder a quien durante más de 20 años fue el anterior CEO, Michael Eisner. Mi comentario no es una crítica, como biografía es muy interesante y a mí personalmente me ha enganchado y en unos días lo he terminado. Sin embargo no recoge un conjunto de estrategias de liderazgo a pesar de que al final viene como anexo un listado con algunas de sus ideas. A pesar de todo recomiendo este libro, vale la pena conocer las experiencia de este importante y exitoso directivo.
Uno de los capítulos más interesantes y que me ha hecho pensar estos días ha sido el que relata la compra de Pixar por parte de Disney. La negociación la llevó directamente Robert Iger con Steve Jobs y fue la primera decisión importante que tomó como CEO. A las dificultades que ya de por sí suponía el proceso, negociar con Jobs no era fácil dado su carácter, tenía que hacer frente a las muchas reticencias a la compra por parte del Consejo de Administración. A pesar de ello Robert Iger se mostró firme y defendió su decisión como la única vía posible para recuperar Disney Animation, uno de los negocios más importante del grupo que venía arrastrando grandes dificultades los últimos años tras sumar un fracaso tras otro. Este proceso ya lo había seguido desde el otro lado, la versión que Ed Catmull hacía en su libro Creatividad S.A. (muy recomendable por cierto), pero en esta ocasión el punto de vista era justo el opuesto.
Aviso que voy a hacer spoiler del capítulo, estáis avisados. Después de la costosa negociación, finalmente se consiguió cerrar en 7.400 millones de dolares. Aunque Disney consiguió lo que esperaba, sin duda fue Pixar quien salió mejor parada. Steve Jobs no solo había conseguido una gran oferta económica, también mantener lo que ellos llamaban privilegio sociales (conservar la cultura de la empresa, tradiciones, procesos de trabajo, personal,…). Una hora antes de que Disney y Pixar, Robert Iger y Steve Jobs, presentasen el acuerdo, Jobs propuso al CEO de Disney dar un pequeño paseo antes de la comparecencia. Muchísimos medios de comunicación estaban esperando la noticia, era un momento muy importante para ambas empresas y para toda la industria del entretenimiento mundial. En ese paseo, Steve Jobs le confesó que estaba muy enfermo de cáncer, noticia que hasta la fecha solo sabía su mujer y los médicos que lo habían tratado. Quiso informar a Robert Iger para que supiera en primera persona y lo antes posible su situación por si esta información podría influir en el acuerdo. Estaban a tiempo de no firmarlo, una de las personas que iba a liderar el proyecto estaba confesando que no estaría con fuerzas suficientes los próximo meses cómo para alcanzar los hitos que Disney había planteado.
Más allá de la situación dramática y emocional que se vivió en ese momento, la historia reafirma una idea sobre el mundo empresarial que defiendo desde hace años. Todo es cuestión de personas. Uno de los negocios más importantes del mundo podría venirse abajo por una información personal. Al final todo es cuestión de seres humanos, de quienes forman parte de ella, de su estado, compromiso e incluso salud. Podemos pensar que las compañías son entes independientes a las personas que lo forman, pero no es así. Existen sistemas que ayudan a que nadie sea imprescindible, pero todo es cuestión de los trabajadores que impulsan la consecución de los objetivos de la empresa. Incluso al más alto nivel, todo puede venirse abajo en cuestión de minutos por temas personales. Es cierto que la noticia era muy grave y que Jobs fue quien fue, pero te propongo que hagas el ejercicio de buscar en tu realidad quienes son las promotores del éxito (o del fracaso) de tu negocio. No hace falta que se trate de estas grandes empresas, la causa del éxito y fracaso en el mundo de los negocios se repite una y otra vez.
Seguro que ya sabes que decisión tomó el CEO de Disney, si cambió en el último minuto o siguió con el acuerdo. Cómo explica en su libro, no solo fue por respeto y lealtad a Jobs, también como muestra de confianza y valoración al resto del equipo de Pixar. Tras ese día, el futuro de ambas compañías ya es historia.