3 principios muy básicos de la formación en la empresa

El mes de septiembre suele ser una época de regresos y comienzos. Volvemos al trabajo después de las vacaciones, iniciamos la rutina de horarios que nos acompañará los próximos meses y nos solemos proponer objetivos y metas en muchas facetas de nuestra vida. En el caso de la formación empresarial ocurre algo parecido. Se retoman proyectos que el verano ha dejado en pausa o se da el impulso definitivo a planes estratégicos de formación para que puedan estar finalizados antes de que acabe el año. Tradicionalmente se concentra gran parte de la actividad en este último trimestre. Ya sea por la propia disponibilidad de las compañías que obliga a cerrar fechas ahora o debido a la necesidad de invertir el crédito de formación anual, la ejecución de los proyectos se impulsa en estos meses.

A punto de pisar el acelerador, con el depósito lleno y la misma ilusión, me gustaría compartir con mucha humildad algunas ideas sobre cómo entiendo que debe ser la formación que se desarrolla in company, aquella que se imparte en las empresa y que va dirigida a empleados en activo.

1) HUMILDAD: Creo que este principio es importante en cualquier tipo de acción formativa, aunque aquí cobra mayor relevancia. Los alumnos que asisten a cada estas sesiones están deseando aprender, esperan que les ayudes a mejorar su desempeño laboral con nuevos planteamientos, conocimientos y herramientas. Pero como formador no debes olvidar que ese grupo seguramente saben más que tu del negocio o sector  y, aunque puede que no tengan tu formación o desconozcan las herramientas de las que vas a hablar, seguro que cuentan con experiencia previa acerca del tema. Creo que hay que ayudarles a crecer y aporta valor pero siempre desde la humildad del que reconoce que esto no es un examen donde solo hay una respuesta correcta. Tu puedes tener una solución, pero no tiene porque ser la única.

 2) PRÁCTICA: Reconozco que hablo mucho de este concepto y lo defiendo con casi los mismos argumentos de los que acabo de hablar. La empresa y los alumnos están invirtiendo lo más importante que tienen, su tiempo, en venir a escucharte. Debes de aprovechar al máximo cada uno de esos minutos compartidos y aportarles recursos, herramientas y estrategias con situaciones cercanas a su realidad. Es cierto que a veces no puedes atender las necesidades particulares de cada persona, lo que para unos es  importante quizás no lo sea para otros. Pero no “rellenes” solo para cumplir con las horas. Si lo haces, es probable que la próxima vez no quieran asistir a la formación.

3) PROFESIONAL: Me da apuro hablar de esto pero vale la pena recordarlo. Como ocurre en cualquier profesión, como formador debes ser excelente en tu trabajo. Me refiero a cumplir con lo básico sin excepción: se puntual, cuida tu presentación, prepárate la sesión, no te presentes al curso a ver que pasa con el único argumento de tu experiencia, la improvisación no suele funcionar. Recuerda que eres formador, no solo un profesional de la materia. Reconozco que a veces con tantos cursos es complicado, pero es lo mínimo que se merecen tus alumnos. No es nada respetuoso presentarse delante de un grupo de personas que han dejado su trabajo para escucharte sin una programación didáctica. Vuelvo a decirlo, eres formador no solo un experto en el tema.

Gracias por tu tiempo, lo más valioso que tienes, y no olvides … desarrollar tu talento y el de tu equipo